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Nivelar un suelo para que quede liso aporta una serie de bondades asociadas con la seguridad, la estética y la durabilidad de los muebles del hogar. Un suelo desnivelado, de hecho, incrementa el riesgo de que las personas sufran tropiezos y caídas, independientemente de que su grado de inclinación casi no se note. No es extraño que uno de los principales causantes de caídas en personas mayores sea un terreno desnivelado.

Hay áreas de algunas casas que por tener un suelo desnivelado se inhabilitan por el peligro que representan para niños y ancianos. Caso contrario ocurre cuando la superficie está totalmente nivelada, porque las personas pueden circular con plena fluidez por cualquier rincón de la casa.

El hecho es que un suelo desnivelado demanda la aplicación de algún tipo de recubrimiento. Eso sí, nivelar un suelo para que quede liso no supone una obra complicada y tampoco se requiere de un gran presupuesto para realizar este trabajo. Que sea una actividad relativamente sencilla, sin embargo, no significa que no deberíamos dejar esta tarea en manos de profesionales. En este profundizaremos más sobre el tema.

Te contamos cómo nivelar un suelo para que quede liso

Existe una serie de pasos a seguir si deseáis nivelar un suelo para que quede liso. En primer lugar, se debe rebajar el exceso de desnivel, sino habría que usar una gran cantidad de mortero, lo que sin duda, implicaría una inversión mayor y una carga superior en la estructura. Esto último a veces ocasiona inconvenientes en algunas casas.

En esos casos en los que el desnivel no es tan pronunciado, es posible emplear una pasta niveladora para suelo o mortero autonivelante. Se trata de un producto elaborado principalmente para llevar a cabo este tipo de obras.

Las herramientas que se necesitan para realizar al trabajo son:

• Agua
• Un nivel láser
• Listones de madera
• Una cinta métrica
• Un taladro eléctrico con varilla mezcladora
• Tiras de poliestireno.
• Una pistola para aplicar silicona
• Un cortante

Procedimiento a seguir

Nivelar un suelo para que quede liso requiere de un procedimiento que, a pesar de no ser complicado no es algo que puede realizar cualquier persona. Veamos los pasos a seguir:

• Detectar hacían donde va el desnivel

El primer paso es poner el nivel láser en el centro del suelo a nivelar. Conviene destacar que estos dispositivos suelen funcionar a 360 grados, por lo que en cada una de las paredes veremos una línea de luz roja que actuará como indicador del nivel.

Nuestro papel será medir con la cinta métrica desde el suelo hasta la línea de luz. La pared que presente la medida mayor es la que indicará donde está la inclinación.

• Limpiar el suelo a nivelar

Una vez se sepa hacia qué lado está el desnivel, no significa que debamos ponernos manos a la obra con el mortero. Es primordial limpiar la superficie para que la mezcla pueda adherirse adecuadamente al suelo. Además, hay que eliminar las protuberancias y tratar de dejar la superficie lo más lisa posible.

De igual modo, tenemos que rellenar los agujeros más grandes con cemento y dejar que se seque. Ahora, el suelo se puede limpiar usando un aspirador para hacer que el procedimiento sea más rápido.

• Cubrir los umbrales de las puertas

En caso de que queramos nivelar un suelo para colocar baldosas u otra clase de revestimiento, resulta clave delimitar el espacio. De manera que podemos usar unos listones de madera para cubrir los umbrales de las puertas, así evitamos que el mortero se desborde hacia otras zonas de la casa.

Como es lógico, hay que colocar la madera a presión para incrementar la capacidad de contención de los listones.

• Colocar juntas de dilatación

Antes de preparar la mezcla, existe otra acción que se ha de realizar cuando se quiere nivelar un suelo para que quede liso: colocar unas juntas de dilatación. ¿Por qué? Porque el mortero autonivelante es un producto que dilata y contrae. Para llevar a cabo este proceso, podemos usar tiras de poliestireno y adhesivo de montaje. De ser necesario también se pueden integrar zócalos en esta zona.

• Preparar la mezcla

El mortero autonivelante no demanda mucho trabajo al momento de mezclarlo, basta fusionarlo con agua y estará listo para su aplicación. Sin embargo, es muy importante seguir las indicaciones de fabricante en relación a la cantidad de agua y el material. Generalmente esta mezcla es más acuosa que un mortero de cemento.

Por supuesto, la cantidad de la mezcla a preparar será proporcional al desnivel del suelo, de manera que lo idóneo es ir preparando el material por partes para que no nos sobre ni nos falte.

• Aplicación

La aplicación del mortero es la parte más importante al momento de nivelar un suelo para que quede liso. Hay que empezar por verter el producto en la superficie por la parte donde está la inclinación, incluso, para que la mezcla se adhiera adecuadamente podemos usar una escobilla. Esta acción hará que el propio mortero vaya encontrando la nivelación y eliminando las posibles burbujas. Finalmente, debemos dejar secar el material y retirar las juntas de dilatación.

Conclusiones

Al final, nivelar un suelo para que quede liso representa una forma de darle una mejor estética a nuestro hogar y evitar posibles caídas. Y si bien es una obra relativamente sencilla y económica, no hay que olvidar algunos pasos importantes como la limpieza de la superficie desnivelada y colocar las juntas de dilatación.

Pasar por alto el mínimo detalle tendrá una repercusión negativa en el resultado final, de manera que lo mejor es dejar esta labor en manos de especialistas en la materia. De este modo, garantizaréis una buena estética de la superficie y una mayor fluidez en el tránsito de la casa.

El revestimiento de fachadas es uno de los aspectos más importantes para los entusiastas del diseño de exteriores. ¿La razón? Es simple; la imagen es capaz de decir más de mil palabras de nuestro hogar o nuestro negocio, generando impresiones positivas o negativas. Y si bien es posible integrar elementos decorativos para hacer que la fachada sea más atractiva, el decálogo para confeccionar una excelente imagen es acudir al mejor revestimiento para fachadas.

Un sistema de revestimiento exterior no solo tiene una función estética, sino también la de proteger las paredes. De hecho, incide significativamente en los costes de calefacción y aire acondicionado, incluso ejerce un rol importante como escudo contra la humedad, mejorando el confort de vida de los espacios interiores y la eficiencia energética del inmueble.

Si desconocéis cuál es el mejor revestimiento para fachadas, en este post os compartimos algunas ideas y materiales para conseguir un diseño exterior atractivo y eficaz.

El material que no se debería usar en fachadas

No podemos negar que la arquitectura contemporánea ha puesto de moda el uso de metales en las fachadas, pero si estáis buscando incorporar elementos que aseguren durabilidad lo mejor es decantarse por las apuestas tradicionales. La aplicación de estos materiales en exteriores parece venir con fecha de vencimiento incluida, por lo que vuestra fachada a largo plazo posiblemente pierda lucidez.

El factor estético, incluso, no es el más importante, sino que su resistencia deja mucho que desear. Y es que como los metales suelen perder brillo con el tiempo, la corrosión no tarda en aparecer y la necesidad de hacerle mantenimiento frecuentemente se vuelve una necesidad imperante, lo que se traduce en más gastos.

Por otro lado, el metal no es un aislante eficaz al alcanzar temperaturas elevadas en verano y muy bajas en invierno. De manera que está lejos de ser considerado el mejor revestimiento para fachadas, sin mencionar que en términos de seguridad tampoco es una buena opción, especialmente en caso de incendio.

¿Cuál es el mejor revestimiento para fachadas?

Hablar del mejor revestimiento para fachadas tal vez sea un tema que responda a criterios subjetivos, pero si queréis instalar un sistema capaz de detener la humedad y aislar el interior, tanto acústica como térmicamente, los revestimientos de piedra se erigen como la opción predilecta para quienes piensan más allá de la estética.

La aplicación de este material permite elevar la eficiencia energética del hogar, permitiéndonos reducir las cifras de las facturas a final de mes, de hecho, mejorará la tasación de la vivienda en caso de queráis venderlo. Por supuesto, hay factores que se han de resaltar de los revestimientos de piedra, como que es más duradero y no demanda mantenimiento constante, de manera que será más generoso con vuestro bolsillo (evitando gastos de pintura).

¿Lo mejor? Que aporta durabilidad sin restar elegancia y estética a las paredes exteriores. Dado que a la primera impresión que tenemos cuando se hace alusión a este material es que conseguimos un estilo tradicional con este material, la piedra resulta muy versátil para conseguir una infinidad de diseños y acabados, en una variedad de colores.

Cómo aplicar este material

Antes se utilizaba la piedra natural para hacer muros de carga, ahora se utiliza en fachadas casi que de forma exclusiva y se puede colocar de dos maneras diferentes. En general se utiliza el método tradicional, que consiste en recubrir los muros de mampostería y las piedras con cola o mortero para poder ensamblarlos.

Pero, la piedra también se puede fijar con grapas. En este caso, primero colocamos los soportes de fijación del muro de carga en los que colgamos las placas de roca. Este sistema de fijación mecánica permite crear una fina piel mineral, según los mismos principios que los de la fachada ventilada.

De acuerdo a su acabado, liso o rugoso, la piedra dará a la fachada diferentes aspectos. Entre las ventajas de este material, debemos destacar su gran solidez (especialmente para el granito) y su resistencia a las heladas.

Por último, otro activo que puede ser significativo, es que la piedra aporta masa térmica adicional a las paredes de mampostería y tiene un bajo impacto ecológico. Por todo ello, no nos extraña que sea considerado por los especialistas en la materia como el mejor revestimiento para fachadas.

Ideas de aplicación

Las posibilidades de conseguir una fachada que se adapte a vuestras necesidades con la piedra son muy amplias. ¿No nos crees? He aquí algunas ideas:

Estilo moderno

Ya lo sabéis, la piedra es un material tradicional por excelencia, pero podemos conseguir un acabado moderno con ella, sobre todo si nos decantamos por revestimientos premontados. Se trata de un sistema compuesto por plaquetas lisas y cortes geométricos que normalmente se combina con otros elementos como el hormigón o el ladrillo para conseguir un estilo más actual y fresco.

La adecuada aplicación de este material abre paso a fachadas de corte minimalista, especialmente cuando se utilizan tonos monocromáticos

Estilo rústico

¿Estáis en la búsqueda de un estilo rústico? El mejor revestimiento para fachadas es la piedra basada en lajas irregulares. Consiste en un material extraído directamente de la cantera, sin necesidad de realizar cortes o tratamientos especiales.

Las lajas pueden ser gruesas, sin embargo, lo más común es que oscilen entre 2 y 3 cm de espesor. Ahora, en caso de que deseéis piedras más gruesas para combatir las inclemencias meteorológicas, la mampostería guillotinada se erige como la apuesta más acertada. Y es que este material puede alcanzar hasta los 12 cm de espesor, creando una gran barrera exterior.

El caso es que estos materiales no tienen límites al momento de elegir una variedad de colores, de manera que son perfectos para jugar con tonos y texturas en las fachadas. Además, logran hacer simbiosis con otros materiales naturales como la madera, por ejemplo.

Conclusiones

La fachada constituye la capa de separación y filtración entre el exterior y el interior, entre los espacios habitables y la naturaleza, entre la esfera privada y la vida pública. Debería ofrecer, por tanto, protección contra la hostilidad del mundo exterior, actuando como refugio contra la luz, el frío y el mal tiempo, de manera que pensar en instalar el mejor revestimiento para fachadas es lo más lógico.

Los beneficios de la piedra como sistema de revestimiento son notables y os permitirá crear relaciones visuales entre la casa y el exterior, dándole un rostro moderno o tradicional a los exteriores de vuestro hogar o vuestro negocio.